EL PACÍFICO NO ES CALI
POR: MARCO ANTONIO VALENCIA CALLE
valenciacalle@yahoo.com
De manera egoísta y sobre los hombres y la
pobreza de sus vecinos, los caleños y vallunos se han adueñado del Pacífico. Por
ejemplo, tienen un canal de televisión que emite de, y a nombre del Pacífico
colombiano, pero toda su programación y publicidad es de vallunos. Tienen un
periódico como El País, que se vende a nivel nacional, pero que no le interesa
para nada publicar hechos de sus departamentos vecinos. Televisión y prensa
escrita, podrían haber cimentado ya una cultura regional para afrontar las
realidades del siglo XXI desde sus maravillas como región, pero al egoísmo de
los caleños, eso no les importa. Sus intereses económicos son ego-centristas… porque
“lo demás es loma”.
El corredor del pacífico colombiano no es el
Valle. No señores. Lo conforman 174 municipios de cuatro departamentos: Choco,
Valle, Cauca y Nariño con una población de 8 millones personas. Son 13 mil kilómetros
de costa que van desde Cabo Manglares en limites con el Ecuador hasta punta
Ardita en limites con Panamá. Con un enorme potencial biodiverso compartido y
manifiesto en de playas, montañas y volcanes, con miles especies de flora y
fauna en sus áreas protegidas y en sus parques nacionales; con fuentes hídricas
valiosas como el nudo de los pastos y el macizo colombiano sumados a los ríos Cauca,
Atrato, Patía y el San Juan. Una región que goza de riquezas enormes
representadas en minas de magnesio, cobre, estaño, níquel, platino y oro; además
de la madera, la ganadería y la vocación agrícola que permiten ver a esta
región como una despensa del país. Pero no. Los únicos que se lucran de todo
ese cuento de riqueza es el Valle, porque lo demás es loma, pobreza y guerra
tonta.
En el Pacífico negros, mestizos, indígenas y
blancos hemos logrado convivir con limitaciones serias como la pobreza, el
analfabetismo, la falta de vías, la insalubridad, entre otras, por culpa del abandono
total del gobierno central. Problemas que han permitido la explosión de la
violencia generada por paramilitares, guerrillas, narcotráfico, mafias, explotadores
de minería ilegal y caciques politiqueros que manejan los directorios como
burdeles de tercera, donde los electores viven extorsionados y humillados por
contratos y puestos burocráticos.
Del gobierno central, a excepción de Cali, los
departamentos del Pacífico tan solo han recibido la atención de los ministerios
de Cultura, y Ambiente y Desarrollo Sostenible, las carteras más pobres, para
reconocer con diplomitas la riqueza inmaterial y ambiental de la región;
reconocimientos bonitos que en la práctica económica para nada resuelven
nuestras necesidades.
En el año 2010 los gobernadores de la región
dieron mucho de qué hablar con la conformación de “la Región Pacífico”.
Comenzaron aireando fortalezas, riquezas, problemas y ganancias de una unión
estratégica, pero todo se quedó allí, en palabritas y promesas. Nada se ha
vuelto a escuchar en la prensa sobre el tema. Tal parece que la realidad los
abrumó, y que el gobierno central acalló estas voces. Otra vez, los habitantes
del pacífico volvimos a quedar esperando un mañana mejor. Y con decir “No hay
liderazgo regional”, se dice todo. Y no
es justo vivir en la miseria siendo tan ricos.
Cali y los vallunos se llevan todos los honores
y beneficios económicos de la región pacífica. Y aunque es un logro de su clase
empresarial, no es lo correcto. De muchas maneras, su actitud ego-centrista cierra
puertas a sus vecinos. Eso es como hacer la fiesta del barrio, vender la
lechona y quedarse con todas las
ganancias que bien pudieran ser para beneficios comunes.
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