lunes, 25 de mayo de 2015

Las leyendas de Popayán de Valencia Calle

http://www.elpueblo.com.co/elnuevoliberal/las-leyendas-de-popayan-de-valencia-calle/

guillermo alberto gonzalez.jpg webGUILLERMO ALBERTO GONZALEZ MOSQUERA
guialgon@yahoo.com
“En Popayán todo lo irreal y asombroso es verosímil”. Con esta frase rotunda se despacha el escritor y poeta Marco Antonio Valencia Calle en la presentación de su libro ‘Leyendas Extraordinarias de Popayán’ que acaba de publicar como prolegómeno de la Semana Santa de este año. La idea de recoger en un solo volumen una serie de pasajes que desde muy atrás ruedan sobre la vida de esta tierra es acertada y oportuna. Los que aquí nacimos y nos hemos criado, también hemos escuchado historias –unas fantásticas y otras reales- que le dan fisonomía a un poblado que las adopta unas veces para encarar su pasado y adornarlo, y otras para reafirmar identidad –como se dice ahora- buscando que de alguna manera sostengamos nuestra propia razón de ser. Hay ciudades en mundo que han tomado muy en serio estas cosas, y hasta han llegado a convertirlas en motivo para que se las admire y reconozca en los anales de la literatura universal. Tal el caso de Edimburgo en Inglaterra o Dublin en Irlanda, que organizan visitas para los turistas, que quieran profundizar en un tema que siempre tendrá adeptos, porque la naturaleza humana disfruta de lo inverosímil o de lo que trae misterios que aún no se descifran.
Las historias de Valencia Calle –muy bien escritas por cierto– provienen unas de la repetición popular a través de los años, y otras de la propia imaginación del autor que las evoca con deleite de payanés y de agudo novelista. No están, por supuesto, todas las que son y habrá que apoyarlo en la continuación de su entrañable tarea que es deleitosa y atrayente. Las más conocidas como la Corona de los Andes o la Tumba del Quijote “bajo un roble de añosa virtud”, son relatos de prestigio que encajan en el carácter suntuoso o académico de Popayán y la última, aún está en desarrollo. Habrá que esperar el desenlace.
Faltaba más que este poblado andino no tuviera su propio contenido fantasmal. Se trata de espantos propios que la modernización -yo diría que la racionalización más bien- no logra destruir y que todos debemos estar en guardia para impedirlo. Es la contribución de Valencia Calle que debe resaltarse y apreciarse. Él se encarga de aclarar que la “leyenda es una narración de hechos naturales, sobrenaturales o mezclados, que se transmite de generación en generación en forma oral o escrita, situando el relato entre el cuento y el suceso verídico”. Con este marco, el lector debe acercarse a este libro, que se lee con deleite de una sola sentada y que entra a la literatura local para despertar la imaginación y servir a que continúe una tradición indoamericana que no tiene fin.