martes, 25 de marzo de 2008

GRACIAS SEMANASANTEROS!

por: MARCO ANTONIO VALENCIA CALLE
valenciacalle@yahoo.com


Aunque, como muchos ya saben, estoy vetado por el presidente de la Junta Pro Semana Santa para asistir y reseñar sobre las actividades de esta organización, porque no escribo para los grandes medios (?), quiero desde este modesto periódico (sin permiso de nadie) manifestar mis felicitaciones a las personas que hicieron posible ese cruce de esplendor, arte y estética a través de las procesiones. La magnificencia y el compromiso demostrado por cada uno de ellos, hicieron que tuviéramos una Semana Santa en Popayán bellísima y sin precedentes.
Nunca me sentí más orgullo de ser payanés que esta semana contemplando sus procesiones. Tanta pasión y entusiasmo de parte de los cargueros, sahumadoras y toda esa multitud de semanasanteros(as) que trabajan para la excelencia manifiesta, motivan a vivir con solemnidad la tradición que más nos identifica y nos debe unir como habitantes de la ciudad blanca.
El mito que reza: “La Procesiones de Popayán son las más bellas del continente”, sigue vivo, es cierto y no cabe duda; el mundo entero pudo ser testigo de ello a través de las transmisiones de radio, televisión e interné que se hicieron tanto desde los medios locales, como desde la red de canales de televisión que reseñaron con lujo de referentes históricos cada una de las noches mágicas que extraños y payaneses pudimos vivir con la piel de gallina y nudos en la garganta.
Hay que destacar el trabajo de las mujeres, cada vez más denotativo y protagónico. Baluartes de belleza, compromiso y devoción que hacen de nuestra fiesta religiosa un asunto para la gracia de Dios, con un orgullo ajeno a la vanidad. Porque han sido, y son nuestras madres las que enseñan en casa el respeto y la necesidad de preservar un patrimonio que nos llena de orgullo.
Cada Procesión, al igual que cada acto litúrgico para el cual nuestros sacerdotes sacan a relucir toda la carga poética y significativa “de la pasión y muerte” del Cristo que nos identifica, permitieron seguir construyendo la ciudad amada y sin fronteras que año tras año, con devoción y admiración es visitada por miles de peregrinos.
Los foráneos, los emigrantes, la gente que ha llegado por azar para quedarse a vivir en Popayán, los turistas, los comerciantes y las nuevas generaciones han venido entendiendo que Las Procesiones son un asunto de cultura, pero también de profundas raíces religiosas que tenemos que apoyar y defender; y donde, si no se participa directamente, se respeta y admira sin vacilaciones. ¡Gracias semanasanteros!

martes, 18 de marzo de 2008

EL CHISME

POR: MARCO ANTONIO VALENCIA
2006

Se cuenta con picardía, se recibe con una exclamación y los ojos abiertos. Se adereza con expresiones: “quién se lo iba a imaginar”, “que tal”, “se lo tenían bien guardado” (…) Llega a oídos de gente que los protagonistas desconocen, no importa: los chismes, corren, vuelan, no pagan pasajes, ni peajes, no tienen horarios, se riegan, es gratis, divierte, es un regalo social, hace amigos, genera confianza: “a ti te cuento, porque sé que no se lo vas a contar a nadie”, “te cuento, pero no me vas hacer quedar mal”.

“Aquí entre nos”, un secreto que se convierte en chisme se vuelve historia con vida propia, corre de boca en boca, atraviesa paredes, oficinas, casas, calles, no pide permiso; se confunde por ahí, entre las minifaldas y el tinto; se retuerce por ser contado, por volverse a contar y divertir. Sirve para intrigar, para iniciar una conversación, para tener la disculpa de una llamada, un Chat, un e-mail, para acompañar una cena donde no hay nada que decir.
El chisme hace gárgaras en la vida de más de uno. Se retroalimenta con otras historias, hincha lenguas, se distorsiona y se disecciona en la mesa de muchos, se degusta en el paladar del viperino. Los bocones se nutren. Los metiches soban sus manos…

El chisme se vuelve noticia, crónica social, tema de cóctel, materia de discusión, se reinventa en los cafés, de él se hace chiste en los billares y en el parque, se vuelve hazaña, mito, leyenda, historia urbana, caricatura, asunto de opinión, editoriales y discusiones…
Pero el chisme también sirve para mancillar famas, acabar reputaciones; para malograr amores, para dañar al otro, para exorcizar envidias, para demostrar lo mala gente que somos, lo burleteros que podemos llegar a ser, lo peor de notros mismos…

LAS VACAS SAGRADAS ( II )

POR: MARCO ANTONIO VALENCIA CALLE

Nadie puede negar que hay vaquitas sagradas buenas gentes, responsables y hasta agradables que ejercen liderazgo positivo, pero la mayoría son inmamables y temibles.

Las vacas sagradas negativas se creen la mamá de todos los pollitos. Se las dan de importantes y creen que son intocables hasta de la mano de Dios, pero se les olvida un proverbio que ya les tiene señalado el destino: a todo cochino (marrano) le llega su día de San Valentín.
Las vacas sagradas, además de tener ego de insoportables creen que tienen privilegios incuestionables, y se las dan de superimportantes e imprescindibles en sus nichos sociales. Creen que nadie les puede cuestionar, asesorar, recomendar y mucho menos despedir por fijar sus patas de animal en alguna embarrada. Meten la cucharada o el hocico en todo, intimidan a todos incluyendo a los jefes, y ante su presencia muchos bajan la cerviz, no por respeto sino para evitarlo.

Una vaca sagrada es siempre un problema, es difícil motivarlos para capacitarse e invitarlos a realizar cambios para brindar mejores servicios porque ni siquiera lo intentan. Pero dicen que de las vacas sagradas se hacen las mejores hamburguesas, entonces, frente a la tozudez bobina de estos animales hay hacerles entender que si bien todos somos importantes, nadie es imprescindible, y para ello se tienen armas como la jubilación, la indemnización, los trasladarlos, el despido o el desprecio.

Bueno, despedir una vaca sagrada del trabajo no es tan fácil como hacer hamburguesas. Generalmente estas alimañas sociales suelen tener en el bolsillo muy buenas relaciones sociales y políticas que los sostiene en el poder como infiltrados, de allí su seguridad y vanagloria. A veces tienen platica heredada, y otras algún título nobiliario cuando no uno académico que los avale como “doptores de la santa madre iglesia”. Una vaca sagrada en un colegio o universidad es más dañina que un terremoto: sus proyectos de vida están encaminadas a impedir que surjan nuevas investigaciones, se creen los únicos inteligentes, capaces e importantes, y por ello todo alrededor de ellos se estanca, y si por casualidad surge algo notorio debe llevar su firma, ganando indulgencias muchas veces con camándula ajena.

Cuando la vaca sagrada es el jefe, la cosa se complica porque usualmente su palabra es única y venerable, sus ideas son leyes universales y no se les puede contradecir. Su voz no pide favores sino que grita órdenes, y sus órdenes son incuestionables, y por tanto, la salud mental de todos sus subalternos se pone en riesgo.

Pero encontrarse una vaca sagrada con “fiebre de vaca loca”, es el acabose. Las vacas locas se dan contra las paredes, babean con ojos de violador sexual, se despachan con diarreas imparables y se le tiran a todo el mundo encima. Ojala a usted, amigo lector, no le toque convivir con “una tragedia” de éstas. De todas maneras pregúntese ¿Hay en su lugar de trabajo vacas sagradas? ¿Es usted una vaca sagrada positiva o negativa?

LAS VACAS SAGRADAS

POR: MARCO ANTONIO VALENCIA CALLE

A las personas intocables de un grupo social, se les dice “vacas sagradas”. Y frente a ellos, el resto de parroquianos, como si fuéramos hindús, no podemos ni siquiera mirarle a los ojos, hacerle un reclamo o desconfiar de sus incapacidades.
Al menos en la India, la leche de una vaca sagrada es dadora de vida, pero por acá, estos reyezuelos inmamables son pura malaleche. Y se caracterizan por ser rosqueros, mafiosos, politiqueros, amigos del nepotismo, la dedocracia, el trafico de influencias, violadores de normas y ordenes en oficinas, empresas, barrios, etc.
En la India las vacas no le proporcionan al hombre ni leche, ni carne, ni cuero. Por allá las vacas son consideradas familia, y cuando muere una, la lloran como a la madre que los amamantó. Cuando se enferman, se ora y cuando nace una, hay fiesta. Entre nosotros, los occidentales, la cosa es distinta. Cuando se muere una “vaca sagrada” lloramos pero de la alegría; cuando se enferman, oramos para que se mueran rapidito, y cuando nace una en la empresa donde laboramos, empezamos a lamentarnos. Y si en la India tener una vaca sagrada es una bendición, entre nosotros, “un animal de estos” es un calvario, una aberración laboral, sindical, politiquero, o lo que sea.
Para lo único que sirven una vaca cebú de la India, es para parir bueyes de tracción. Por acá, las vacas sagradas son igual de inútiles, y lo único que jalonan son problemas para el resto de los mortales que tienen que aguantárselos: ya por borrachos, ya por incumplidos, por morbosos, por viejos gagás, malgeniados o porque siempre se resisten a cualquier cambio, así sea el cambio de clima.
Las vacas cebú aguantan cualquier situación posible. A las vacas sagradas de nosotros, provoca matarlas por inaguantables, porque no dejan sobresalir a los demás, empobrecen las empresas por su terquedad; y lo peor, no se mueren ni se jubilan nunca. Al menos en la India el excremento de las vacas sirve como fertilizante o combustible. Por acá, ojala sirviera para algo la caca y el blablablá de éstos animales tan abominables.
Las vacas sagradas miran por encima del hombro al resto de los mortales. Algunas de ellas se creen “crema y nata” de una sociedad. O peor: tuertos en un país de ciegos. Y las hay de dos clases: las inanes e incapaces, y las incapaces con iniciativa. Las vacas con iniciativa son una pesadilla, abundan en universidades y sindicatos y son gente que para hacerse notar regañan a todos en las asambleas por cualquier cosa. Ofrecen discursos y conferencias ridículas, asisten a cócteles de todo tipo, y pretenden que todos rían de sus proezas, mentiras y guachadas varias.
Las vacas sagradas de la India como las de por acá, se saben imprescindibles, importantes e intocables. Mejor dicho, se sienten como “la última cocacola del desierto” y son de fácil identificación: tienen contratos indefinidos, amigos o familiares en el poder que los protege, las cosas se hacen a su manera, no aceptan trabajo extra, llegan tarde, hablan mucho de lo que hicieron un día y ya no hacen, son descomedidos, cuestionan los cambios, no proponen nada, entorpecen todo, su voz quiere ser la última palabra, se creen superiores, su ley es la del menor esfuerzo; pero sobre todo, son un problema para todo y para todos. Y como cualquier vaca silvestre, suelen tirarse en un santiamén, cualquier pastal por paraíso que sea.

DEL QUIJOTE Y SUS AMIGOS

POR: MARCO ANTONIO VALENCIA CALLE

Dice Gabriel García Márquez en su libro “Vivir para contarla”: “…mi lectura del Quijote me pareció siempre un capítulo aparte, porque no me causo la conmoción prevista por el maestro Casalins. Me aburrían las peroratas sabias del caballero andante y no me hacían la menor gracia las burradas del escudero, hasta el extremo de pensar que no era el mismo libro de que tanto se hablaba. Sin embargo, me dije que un maestro tan sabio como el nuestro no podía equivocarse, y me esforcé por tragármelo como un purgante a cucharadas. Hice otras tentativas en el bachillerato, donde tuve que estudiarlo como tarea obligatoria, y lo aborrecí sin remedio, hasta que un amigo me aconsejó que lo pusiera en la repisa del inodoro y tratara de leerlo mientas cumplía con mis deberes cotidianos. Sólo así lo descubrí, como una deflagración, y lo gocé al derecho y al revés hasta recitar de memoria episodios enteros.”

Pues yo pienso lo mismo. Miguel de Cervantes Saavedra y su Quijote son un ladrillo inmamable. Una pesadilla sin fin, una contrariedad que nos vacuna de por vida para odiar la lectura, la escritura, la clase de español y a los profesores de literatura.

Jamás entenderé esa terquedad de algunos docentes por hacer sufrir a sus estudiantes de bachillerato haciéndonos leer obras de la literatura española como El Quijote, La Celestina, El Mío Cid, El Lazarillo de Tormes y obras de Luís de Góngora, Francisco Quevedo, Lope de Vega, Pedro Calderón de la Barca, y en fin, todos esos escritores de la rancia España, que hasta la generación del 27, y siendo sinceros, lo único que producen en la juventud de hoy, son largos bostezos ( y de pronto hasta madrazos).

Obras malucas que fueron escritas en un lenguaje anacrónico, con historias de épocas aburridas, difíciles de leer, y para nada interesantes. Un curso de literatura española para los estudiantes de nuestro tiempo es un infierno, y los docentes parecen no haberse dado cuenta de ello, a menos que les guste el papel de verdugos académicos o de sicarios intelectuales.
Ya es hora de que los maestros dejen de recitar cantaletas defendiendo a los autores del canon literario, o de libros que incluso ellos mismos ni siquiera han leído (porque no se consiguen buenas ediciones). Muchos profes llegan a las aulas de clase diciendo que esos libros –sin leerlos- son excelentes porque otros libros dicen que lo son.

Leer al enmohecido Miguel de Cervantes enferma y da menos nauseas un domingo con dos mil ejercicios de trigonometría que sentarse a leer dos capítulos con las historias de ese gordo mentecato llamado Sancho y ese flaco deschavetado llamado Don Quijote. Y pienso que un maestro que insista mucho en la lectura de esos libracos “es sospechoso” y buen provecho le haría visitar una biblioteca de autores contemporáneos.

Ahora, otra perla: Si hay que leerlos por razones de fe, entonces me parece perverso leer autores clásicos de la literatura en ediciones piratas, resumes de interné o análisis prefabricados de dos mil pesos, que es lo que leen en los colegios, seamos sinceros.

A Miguel Cervantes y sus amigos se les acabó la gasolina con la llegada del siglo XXI. Nuestra gente quiere leer otras cosas y los maestros de literatura, debemos darnos por enterado de ello si pretendemos cultivar lectores.

Enseñar el hábito de la lectura no es fácil, ganarse el respeto de los jóvenes menos; pero con esos libracos, como el tal Quijote y sus amigos, que saben más feo que un purgante, nada se consigue. ¿Usted qué dice?

LOS BRUJOS DE PATIA

POR: MARCO ANTONIO VALENCIA

Me cuentan Los Mayores que en Patía había negros que lograban hacer pactos efectivos con el diablo. Que a cambio de riqueza y poderes hipnóticos para conseguir ganado o mujeres ajenas, le entregaban su alma al diablo en un rito que se llama empautamiento.

Me cuentan también, que había brujos capaces de atrapar el alma de sus enemigos en una vasija para luego enterrarlos hasta que el cliente se volviera loco, o que ponían esas vasijas al horno para que el embrujado padeciera ataques de epilepsia. O peor aún, que tiraban la vasija al río y la persona, cual judío errante, vagaba por el mundo hasta morir.

Que los brujos de Patía eran capaces de “llamar al susto”, apoyados en rezos y bebedizos de aguardiente con ajo y tabaco, para impedir que la gente se muera cuando tiene el alma ausente porque alguien los asustó cuando dormía.

Que impedían que una persona se muriera por culpa de las “almas detentes”, pues cuando estas tocan con su frío, la gente se enferma con mareos, fiebres y diarreas hasta secarlas por dentro, porque el frío de los muertos seca la sangre de los humanos. Y explican que “el alma detente”, es aquella del difunto que se fue si ser todavía su hora por causa de un asesinato inesperado, como suele ocurrir en las venganzas familiares. Y que dejan de ser detentes cuando muere el asesino o le llega la hora de verdad.

Me cuentan además, que armaban filtros de amor con sangre de menstruación. Y de esta manera el hombre que lo bebía quedaba bajo el dominio infinito por la mujer que lo deseaba. Que enseñaban a las mujeres embarazadas a comer mucho ají y tomar copitas de aguardiente para que sus hijos le salieran bravos. Y decían que si por casualidad una madre escuchaba llorar a su hijo en el vientre, no podía decírselo a nadie porque entonces, nacían mongólicos.

Eran brujos sabios con poderes infinitos traídos de ultramar. Y que la gente blanca de la montaña los buscaba mucho para ligar sus hijos con manteca de oso y savia de chonta, para que así fueran invencibles ante los dolores y las enfermedades de la vida. Y que de igual manera eran los encargados de ayudar a bien morir a los ligados que “eran duros de matar” rascándoles el dedo corazón y dándoles agüita de azúcar para que descansaran al fin.

Yo no sé si usted, amigo lector, pueda creer en esas cosas, pero lo cierto es que hacen parte de la mitología y las historia de Patía, un municipio al sur y a dos horas de Popayán. Creado por negros cimarrones venidos de África, pasando por Haití, los jardines de la magia negra.

Yo no sé si todavía se practican empautamientos, existan brujos tan poderosos y creencias tan extravagantes para los blancos ajenos a la historia de los pueblos. Pero de allí venimos, de allí es mi sangre y son mis antepasados. ¿Sabes algo de tus ancestros, de la historia de tu familia? ¿de la sangre que te corre, los genes que te alimentan? No te dé miedo, es hora de explorar…

JOVENES: MODELOS PARA ARMAR

POR: MARCO ANTONIO VALENCIA CALLE

“Me llamo Eleonora y tengo 21 años. Mi papá me trata como a una niña pero yo dejé de ser virgen cuando tenía 13, es más, ya tengo un aborto encima y mis papás no lo saben. Mi hermano estudia economía, tiene 19 años y mi papá no se imagina que fuma marihuana y que por eso lo han metido dos veces a un calabozo y lejos está de enterarse que perdió el semestre pasado por inasistencia”.

Los papás ven lo que quieren ver y escuchan lo que quieren escuchar y el resto del tiempo se la pasan en sus trotes, en sus escenarios y teatros: amasando fortunas, hablando con sus amigos, apostándole a la cotidianidad, jugando sus enredos de adultos.

Mis papás creen que no sabemos que ellos ya no tienen relaciones y viven aparentando un matrimonio de risas frente a nosotros. Mi papá cree que nosotros no sabemos lo mal que la pasa en el trabajo por culpa de jefe, el tirano. Y mi mamá cree que nosotros no sabemos que tiene de novio a su jefe...

Los papás no creen que uno sea bobo, pero tampoco sospechan que de bobo no tenemos un pelo. Ellos nos dan la vida, la ternura y la compota. Nos ven nacer, crecer en sus brazos, pero sin darse cuenta ellos, nosotros ya hemos inventado vida aparte. Mejor dicho, con la adolescencia hemos comenzamos a vivir doble personalidad. Una con ellos, en la casa, con sus costumbres y tradiciones, en el comedor, los fines de semana, etc.; y otra vida es la que tenemos con los amigos y amigas, en la calle, los bares, el colegio, las residencias y la universidad. Una vida al extremo, irresponsable, de desafíos, de velocidad, en fin.

Así como los adultos tienen sus juegos y encartes para subsistir. Los jóvenes igual, vivimos nuestros cruces y aventuras extrañas. A veces nos toca cambiar las ropas e inventar cosas para llegar a horas puntuales, evitar el olor a tabaco o el trago, decir que estamos durmiendo en la casa de una amiga, una tía alcahueta o que la fiesta es en una finca lejana y se varó el carro, y así otro millón de mentiras y de disculpas para tranquilizarlos.

A veces los papás nos pillan en la doble vida, pero generalmente ya es tarde. A veces se enteran por boca de chismosos que somos drogaditos, alcohólicos, gigolós o prostitutas. A veces el embarazo no se puede ocultar, o de la universidad (o el colegio) llaman a preguntar por qué no hemos vuelto. A veces la policía los llama para decirles que nos estrellamos y estamos muertos en la vía porque andábamos a doscientos kilómetros por hora y drogados, o que por culpa de una sobredosis en la discoteca tal…estamos fritos. A veces nos pillan cuando nos arrestan porque matamos a otra persona cuando nos divertíamos por ahí.

Si, así es la vida de muchos jóvenes. No siempre tan trágica y delincuencial, pero sí de una vida doble. De una hipocresía constante, un disfraz de carnaval continuo, dos caras, dos destinos, un ángel, un demonio. Una mentirita sin querer queriendo…

¿Qué está haciendo tu hijo(a) a esta hora? ¿Con quién duerme? ¿Qué consume? ¿Cómo va en el colegio o la U? ¿Qué sabe él o ella de la vida? ¿Qué ya vivió y no te has dado cuenta? (valenciacalle@hotmail.com)

¡DECLARACION DE AMOR!

POR: MARCO ANTONIO VALENCIACALLE

(Este texto es para ti. Es mi pensar y mi querer)

A todos nos llega el día de enamorarnos. Y entonces queremos que la humanidad sea buena y hacer parte del equipo de la gente bella, de los que hacen el bien, de los que desean la felicidad de todo el mundo, de los que regalan sonrisas, cuidan los niños ajenos y no tiran basuras en las calles. Es algo irracional, una experiencia extraña pero grata. Una noticia que queremos compartir con el resto del mundo y deseamos tener la replata para halagar con todo lo comprable a esa persona que nos alegra los días. Pero como si fuera poco, este amor me hace sentir tan invencible y capaz, que los imposibles en la razón se conviertieron en nimiedades, y así puedo ofrecerte un pedazo de luna, dos estrellas, un viaje al fin del universo, decirte que te amaré para siempre y que serás la única persona importante en mi vida, el resto de la vida.
Me agrada estar enamorado, y quisiera que todos los que me rodean sintieran y vivieran esta felicidad tan extraña y emocionante que me recorre el cuerpo y los pliegues del corazón. Este aroma suave que se apoderó de mis días y se refleja en mi sonrisa. Cuando me levanto, y te recuerdo amor, mi alma desea con todo su fuerza, que todos, en este planeta llamada tierra, ojala, en algún momento de su existencia, pudieran vivir siquiera un pedacito de esta felicidad tan grande, bella y especial que me cobija. Amarte a ti, es amar la vida. Amarme a mí. No querer la guerra, respetar la vida.
Desde que te conocí, sin querer mis costumbres han cambiado. Ahora me acicalo para ti, y mi cuerpo me lo agradece. La vanidad ha vuelto a mí y me he sorprendido mirándome al espejo horas y horas, recordando tu mirada; y cuando nuestros ojos se cruzan un drama de emociones extrañas me recorre el cuerpo, me nubla la mente, me ahoga la sangre, y una excitación suavecita me traslada al mundo del ensueño.
Me he sorprendido de regreso a casa en estado de felicidad total, a pesar de todo, y mejor aun, tatareando canciones de esperanzas y extraordinarias emociones.
Amor, has despertado inquietudes que creí dormidas para siempre, o que no existían en mi vida. Ahora, cuando te veo, cuando te pienso, cuando hablamos, esa mezcla de sentimientos me hace un ser superior. No sé como ni en qué, pero superior. Tal vez antes vivía por vivir, actuaba distraído y nada ni nadie me importaba, ahora en cambio, todo es un como un sueño. Y en él, estamos los dos.
No ando entregando mis sentimientos a la suerte o a cualquiera. Te estoy proponiendo recuperar el tiempo, darnos una oportunidad. La historia del mundo nos habla de miles y miles de amores fragmentados, tristes o muertos antes de nacer por la timidez de la gente para expresarse. O tal vez, por falta de oportunidades. Por eso, te invito desde la ternura a conversar, a construir una relación sólida, a darnos un beso de esos que hacen llover, despertar un volcán, cambiar el mundo.


*Recorte esta carta y désela a su ser amado, o a la persona que le gusta.

EL MUSEO EDGAR NEGRET

En Popayán existe
EL “CEMENTERIO” IBEROAMERICANO DE ARTE MODERNO

Marco Antonio Valencia Calle

Lo comenzaron a construir en 1984, y lo inauguraron en 1994 con el pomposo nombre de Museo Iberoamericano de Arte Moderno y Casa Museo Negret.
Pero desafortunadamente, en el año 2004, es un “cementerio de arte abandonado por el estado” a pesar de sus valiosas obras pictóricas y esculturas, inigualables y únicas en el país.
Pocos saben que con el conjunto de las firmas del listado de los 68 autores (de todo el mundo) de la colección privada que el escultor Edgar Negrét donó (además de 16 obras personales) salvarían las finanzas del municipio de Popayán; pero como una paradoja, dicen, el municipio no tiene cómo hacerse cargo de la totalidad de los gastos de este museo.
Sus puertas están cerradas para el público desde julio del año 2004; y hoy en día el aseador oficia de: celador, administrador, jardinero, curador, secretario y de vez en cuando, le limpia el moho y el polvo con la escoba de barrer el patio a los cuadros, y a unas paredes que extrañamente siempre están mojadas para desmadre de las obras.
Su ex directora, Victoria Ordóñez, a la única persona que parece interesarle la suerte del Museo, lleva más de seis meses con un montón de carpetas por oficinas del gobierno y amigos de la cultura buscando la renovación de su contrato, además de recursos para atender las necesidades básicas como los servicios públicos; denunciando anomalías y presentando propuestas de trabajo para hacer funcional este espacio cultural, pero nadie quiere hacerse cargo de semejante cementerio.
Primero, el Museo necesita presupuesto propio para funcionar con normalidad. Es decir que el municipio de Popayán, su dueño, debería girarle como mínimo 48 millones de pesos anuales.
egundo: Victoria Ordóñez dice que los vecinos del museo, de manera abusiva, sin consultar la curaduría municipal han construido edificios aledaños que perjudican la estética y la arquitectura de un Centro Cultural como éste, y nadie dice, ni hace nada.
Tercero: muchas obras pictóricas necesitan restauración urgente para salvarlas del gorgojo y la humedad.
Y, Cuarto; hace falta una política cultural e institucional de promoción dinámica para que el museo sea visitado de manera permanente por propios y extraños.

PROPUESTAS PARA SALVARLO
Al Museo lo crearon una comisión de ciudadanos notables a través de una Fundación, que con los años se volvió fantasma y hoy en día nadie sabe quienes son, ni dónde están.
Por lo tanto, le corresponde al Municipio de Popayán tomar medidas urgentes que permitan recuperar este bien inmueble y sus obras, para la ciudad y el turismo.
Hay quienes proponen que sea entregado en comodato a una ONG cultural, otros dicen que lo mejor sería entregárselo mediante algún convenio a la Facultad de Artes de la Universidad del Cauca. Se propone también que se organice la Fundación inicial para que decida su destino, o que sencillamente el municipio asuma su responsabilidad nombrando un director y destinando el presupuesto que se necesita. Y no falta, por supuesto, aquellas voces críticas opinando que lo mejor es cerrarlo, donar las obras a la nación y vender la casa.

lunes, 17 de marzo de 2008

¿Y LOS MOTO-TAXISTAS QUÉ?

El transporte público de taxis debe mejorar: no es agradable subirse a vehículos viejos. Ni viajar con choferes incultos que no respetan al pasajero, la urbanidad, ni las normas de transito. Ni con taxistas que se niegan a ir a ciertos barrios, ni con abusadores de precios, y mucho menos con ladrones que le hacen “tour millonario” a los turistas llevándolos por las vías más lejanas.

Para los taxistas es grave que personas particulares hagan transporte pirata; Que cada tanto les suban el precio de la gasolina y los peajes y ellos no puedan incrementar tarifas; Que a la valla vial no se le haga mantenimiento y sus carros se dañen por tanto hueco; Que los atraquen y maten con facilidad; Que les impongan pico y placa. Y para completar, que aparezcan motociclistas ofreciendo transporte público para hacerles la competencia.

Pero mucho ojo, los mototaxistas no son enemigos, tienen que respetarlos y no agredirlos. Lo que si tienen que hacer, es exigir legalizar el servicio de moto-taxis para que todos tengas las mismas reglas, los mismos impuestos, las mismas condiciones y responsabilidades frente al estado. Estamos en una sociedad libre para crear empresa, y los taxis y buses tradicionales no pueden ser exclusivos de un servicio que han venido realizando con deficiencias. Y frente a un fenómeno cada día más popular ya nada vale. Lo mejor es exigir que las motos se legalicen para ponerlos en cintura; y ustedes a mejorar el servicio que ya prestan.

Los mototaxistas nacieron por necesidad de transporte en veredas lejanas y para aliviar la falta de trabajo de unos, pero ahora es negocio, y está sirviendo para aumentar la riqueza de muchos que ya compraron motos y contrataron conductores. Manejan altos ingresos, financiaron campañas políticas. Son visibles, y fuente de empleo.

Por eso, el Estado debe ponerles impuestos, obligarlos a organizarse, pagar peajes, placas especiales, condiciones severas para otorgar licencia a conductores, pedirles seguros de vida adicionales al tradicional, fijarles tiempos de reposición de vehículo, ponerles pico y placa, fijarles zonas y sectores de trabajo, fijar cupos por ciudades y por empresas, etc. etc.

Basta ya de peleas entre transportadores por este fenómeno. Allá las personas que por necesidad o por ahorrarse dos pesos son capaces de arriesgar su vida subiéndose a una peligrosa moto con un conductor desconocido. Que las autoridades pongan orden y cultura ciudadana.

lunes, 10 de marzo de 2008

¿Y QUIÉN ES BELKIS?

Belkis es gracia, alegría, espontaneidad, coquetería, dulzura y risa cantarina los sábados en la madrugada cuando prendo la radio. Y ya todos sabemos que la risa produce bienestar anímico, baja el estrés, disminuye el colesterol, suaviza la digestión estomacal, ejercita los músculos abdominales y del rostro, aplaca la ira y contribuye a una actitud mental positiva para alejar la enfermedades.
Belkis es la compañera de fórmula de Eliecer León en “Amanecer en Piyama”, un programa de Radio Súper. No conozco en persona a la risueña presentadora, incluso hasta confieso que me da “un poco de cosita” llegar a conocerla porque ya tengo imaginada su figura, su belleza y su personalidad por el tono de la voz y la chispa de su risa cuando interactúa con los oyentes.
Don Eliecer es un hombre carismático, bien informado, recursivo, de voz amable y querendona, que ha hecho de su programa una institución lúdica e importante para la radio caucana; pero son las risotadas de la Belkis lo que me seduce a madrugar.
Y por lo tanto, me confieso el admirador número uno de la Belkis (que bien puede escribirse Velquis con q, o Belquix con be y equis), pero lo que realmente me emociona es la espontaneidad de su voz y la franqueza de su risa. Una risa contagiosa, llena de alegría, que anima y hace soñar…
Las risotadas de la Belkis me aceleran el pulso y el ritmo cardiaco, y gracias a la alegría con la que esta chica conduce sus entrevistas y saluda a sus cientos de oyentes que la llaman por teléfono, libero endorfinas por montones y mis arterias coronarias mantienen su elasticidad. Reírme con las cosas que se dicen y pasan en el programa es un placer casi gratis, y cuando lo hago siento que mi espíritu se deshace de las angustias y temores de la semana.
Ya quisiera yo, escuchar más programas como este todos los días, programas que me hagan mover más de 60 músculos en la cara al reír y hagan sentir orgulloso de lo que somos. Que me seduzcan con la originalidad y sencillez de sus conductores y oyentes. Programas donde se promueva el talento artístico y musical de la gente que asiste a cantar en vivo a través de la radio. Ya quisiera yo, escuchar otro programa radial con tantas llamadas al aire como las que reciben Belquis y Don Eliecer, y poder reír más, mucho más, y poder tener más pedacitos de paz y buen humor en medio de los conflictos terrenales que los colombianos padecemos. Gracias Belkis, Gracias Don Eliecer!

domingo, 9 de marzo de 2008

LOS RITOS


Los indígenas chimilas creían que si alguien olvidaba a sus muertos, y no ofrecía para ellos el fuego y las oraciones que necesitaban para aliviar su alma en el más allá, estos estaban en capacidad de enviar desgracias y enfermedades a sus sobrevivientes. Los taironas, emberas y cunas, creían en la existencia de las dos casas, y por eso enterraban a los muertos en las mismas casas que le servían de habitación. Los negros de San Basilio de Palenque se reúnen alrededor del finado en cantos, lamentos, bailes, comidas y un tambor por nueve días para ayudarle a encontrar el camino al otro lado. Cuando los españoles llegaron a América se estremecían al pensar que podían ser enterrados en lugares no bendecidos, y por eso andaban con curas a bordo, y construían iglesias para ser enterrados en sus atrios. En la colonia, la gente dejaba en su testamento partidas suficientes para sus honras fúnebres y una buena cantidad de misas a su nombre. Y hoy, dentro del presupuesto familiar mensual se deja para pagar lotes y servicios funerarios prepagos, como un asunto de previsión y vida moderna organizada.


En el siglo XVIII se dejaron de usar las iglesias como cementerios al descubrir que es un error de sanidad y son focos de epidemias, tenerlos en zonas urbanas, entonces se imponen “los camposantos” extramuros en América. Y desde esa época gente adinerada y algunos grupos sociales, comenzaron a construir mausoleos, estatuas y monumentos para honrar y perpetuar la memoria de sus muertos. Aquellos lugares de tragedias naturales son declarados camposantos; y en muchas ciudades del mundo es común encontrar esculturas en memoria de masacres, magnicidios y genocidios, para denunciar y no olvidar las muertes violentas que nos aterran.


Los ritos a la muerte, son valoraciones a la vida individual o colectiva. Son ceremonias, palabras, actos, instrumentos y personas reunidas para convocar fuerzas internas y sobrenaturales. Se realizan en fechas especiales para expresar intenciones delicadas de definir, y han hecho parte de todas las sociedades del universo en todo tiempo y lugar.


La vida, en su cotidianidad, esta llena de ritos de todos los talantes. Una fiesta, un brindis, una misa, una ofrenda es un rito. Son necesarios para trascender, renovarse, pasar la página y convocar nuevos augurios.