miércoles, 28 de septiembre de 2011

EN POLITICA, ¿SE PUEDE “MATAR AL PADRE”?


EN POLITICA, ¿SE  PUEDE “MATAR AL PADRE”?
Por Marco Antonio Valencia Calle
“Matar al padre” es una metáfora en el mundo artístico para decirle a un joven que se olvide de las influencias si quiere proyectar su propio estilo. Algo que se logra  cuando se tiene “mayoría de edad”, se piensa por sí mismo, y  el artista toma las riendas de su vida con libertad e independencia. Si no lo hace, será siempre una sombra de otro, un segundón.  Y lo ideal, es que el hijo supere al padre, y convierta a ese padre, en su hijo.
Me cuenta mi amigo Hesiodo, poeta griego y algo mujeriego, que al principio de la vida, cuando todo era caos, emergió de la nada Gea (la Tierra). Gea, se fecunda así misma dando luz a Urano, creando con él, la primera dinastía de dioses. El cuento es que Urano, no teniendo nada más que hacer, preña una y otra vez, sin compasión ni descanso a  Gea, la madre Tierra. Y de entre muchos de los hijos que tienen Urano y Gea, nace Cronos, que ya moyorcito, viendo las fatigas y llantos de su madre a causa del desaforado Urano, se decide por matar a su padre. Las malas lenguas dicen que una noche cuando el viejo vino a poseer a Gea, el muchacho lo esperó debajo de la cama, y con una hoz bien afilada, le corta los genitales y los tira al mar, donde la esperma divina fertiliza las aguas… y de allí nace Afrodita, la diosa del amor.
Cronos, entonces, escoge a su hermana Rea como esposa y se autoproclama rey. Pero como sospechaba que uno de sus hijos podía llegar a matarlo (o caparlo para destronarlo), cada que Rea tenía un hijo, él se lo devoraba. Dice Rea que alcanzó a comerse como a cuatro. Pero al quinto hijo (que se llamó Zeus) la mujer lo escondió y se lo dio al cuidado de la madre Tierra (la abuela), y engañó luego a su marido, dándole una piedra envuelta en pañales que éste se comió sin detallar.
Cuando Zeus llegó a su mayoría de edad desafió a su padre. (Rea, le ayuda al muchacho dándole bebedizos a Cronos para atontarlo y hacerle vomitar a los hijos devorados). Luego, el muchacho armado de un rayo, organiza a sus hermanos y a los uranos para luchar, vencer y matar a su padre. Y fue así como se organiza la tercera generación de dioses: los olímpicos bajo el reinado de Zeus.
Esta historia, Hesiodo la escribió en un libro llamado la Teogonía, donde además de los enredos familiares, se preocupa por explotar el tema de la verdad y la justicia.
Traigo esta historia a cuento porque he visto con preocupación que hay poca renovación en los solares políticos a nivel regional y local. Que muchos patriarcas, padrinos, gamonales o varones electorales alcanzan una curul o cargo de elección popular, y se quieren quedar a vivir allí para siempre, sin darle chance a otros líderes que por años y años, ofician de seguidores como hijitos serviles, facilistas y acomodados. O lo que es peor, que hay hijitos ambiciosos, pero nunca pueden con la astucia de sus padres que los tienen a raya, o los desechan a las primeras de cambio y luego les toca salir a mendigar avales en partidos ajenos. Y en esas prácticas, no hay justicia democrática. A estos hijitos, les va tocar como a Cronos, meterse debajo de la cama con una guadaña bien afilada…
POSNOTA: Es prohibido usar los postes de los semáforos para colocar allí publicidad. Genera distracción y accidentes. ¿A quién le corresponde hacer cumplir esta norma en Popayán?

jueves, 22 de septiembre de 2011

Del Protágoras, a protagonistas de novela


Por: Marco Antonio Valencia
Me cuenta mi amigo Platón que el día que aparecieron los hombres sobre la Tierra, Prometeo se robó para ellos el secreto de la técnica y el fuego, y así éstos salvaran su pellejo ante los peligros del mundo. Y con el fuego, los hombres construyeron armas y se defendieron de los animales. Pero los dioses viendo a sus hijos tan expuestos a los peligros de la naturaleza, pensaron que lo mejor era enseñarles “el arte de vivir en sociedad”, y fue así cuando se les ocurrió la creación de pueblos para que los hombres vivieran juntos. Pero como siempre, frente a la ignorancia, ninguna buena idea es buena, y en pueblo chico infierno grande. Y como si fuera un país de traquetos, los hombres comenzaron a matarse unos a otros.
Ente este nuevo problema, el viejo Zeus, como buen padre, envío con un sirviente el don de la justicia y del respeto” para que todos los hombres pudieran vivir  en comunidad pero en paz. –Es necesario, dijo Zeus-, que todos los hombres tengan estas cualidades, pues sin ellas jamás habrá ni sociedad ni poblaciones, y quien no las tenga, que sea excluido como peste.  Y de esa historia, me dice Platón,  nace el respeto como un don necesario para la convivencia.
-Y la justicia, le digo.
-Sí, la justicia, que como decía Aristóteles, “es la apreciación de lo justo”. Y con los hombres viviendo juntos nacen los pueblos y con los pueblos la necesidad de gobernarse, y de esa necesidad, nace  la democracia: “la forma más corrupta del poder de una multitud”.
 Y me cuenta Platón, que en alguna ocasión, siendo muy joven, lo invitaron a hacer parte de un gobierno después de una revolución que tumbó al régimen imperante por corrupto, pero sus esperanzas e ilusiones de justicia se vinieron a tierra cuando los nuevos gobernantes resultaron más corruptos, más engañifas y más burdos que los anteriores.
-¿Y eso? – Le pregunto. - Es que los gobiernos no los hace un caudillo, los hace un equipo de gente que va en sintonía con las ideas de un líder, pero cuando el líder piensa una cosa, y los subalternos hacen otra, la vida política se hace muy difícil. El líder delega, pero los delegados puede ser que no les importe ni la sociedad ni la política, y solo están allí para llenar sus bolsillos. Y para finalizar me dice, que la peor desgracia del político, es no poder tener confianza en los subalternos que lo acompañan, ni en la sociedad corrupta que los eligió y que después quiere quemarlo en la hoguera.
Le pregunto si me está hablando de algo en particular, que si debo comparar su historia con alguna historia de gobierno local…  el viejo abre los ojos como lunas en invierno, me mira con expresión de enojo y dice “¿es que no has visto en el reality show en el que se han convertido la política de hoy? – Sí, claro, pero explíquese mejor. -Observa el ejercicio y verás a lobos poniéndose la piel de los gallos, y a los gallos aullando como lobos… pero nadie habla de lo que necesitamos realmente: ni de respeto ni de justicia, que son las bases de la convivencia.
POSDATA: Timbío como Puerto Tejada, palpitan como “bombas sociales”. La violencia urbana atemoriza ciudadanos. Hay miedo, inseguridad, zozobra y pérdida de valores humanos elementales.

martes, 13 de septiembre de 2011

CON MENTALIDAD DE POBRES NO SE PUEDE


CON MENTALIDAD DE POBRES NO SE PUEDE
Trinos @valenciacalle en Twitter

Por Marco Antonio Valencia Calle
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Alcanzar la iluminación intelectual es posible. Tenemos que construir escuelas que enseñan a pensar y a respetar al hombre como tal.
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Un pueblo capaz de llegar a la paz, es un pueblo educado e instruido, con maestros comprometidos y brillantes. Aviso: Se buscan maestros alegres!!!
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Salir de la selva oscura de la desidia, la pereza mental y el desaliento. Se puede lograr con una educación que maraville y nos dé el lugar justo en la sociedad.
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Tenemos que trabajar por una educación que enseñe a descubrir a investigar y no solo a transitar por cuadernos, pasillos y espacios circunstanciales.
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Educar la inteligencia, trabajar por seres capaces de dialogar, de resolver conflictos con argumentos y no con violencia. Esa es la meta, esa debe ser la apuesta.
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Enseñamos errores y temas discutibles, pero el horizonte debe ser el mismo: educar para el mundo que queremos y necesitamos sin demagogias.
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MAESTROS: necesitamos un compromiso distinto al que llevamos. Recargar ilusiones para volver a soñar un país nuevo. Educar para la paz es un reto inaplazable.
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Maestros pésimos son un mal ejemplo social. Maestros sin compromisos, sin ideas, son los que están llegando a nuestros colegios. Ojo pues.
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A maestros con enormes vacíos en educación civil, y falta de enseñanza de valores hay que reeducarlos. Necesitamos agenda educativa nueva.
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A ver si un día de estos los maestros se acuerdan de sus virtudes y de su juramento ante Dios, la patria y su sociedad. Educar para alcanzar la paz y  el bienestar social.
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Es posible transformar el mundo. Si los maestros quisieran, si tuvieran la mínima educación civil para hacerlo... vamos, se puede, se puede.
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El maestro que ama la educación por sobre todas las cosas, busca que la vida sea digna para todos, a pesar de sus dramático sueldo.
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Esa legión de maestros que tenemos a lo largo y ancho de la patria, pueden, si quisieran, enseñar a soñar con la paz y con un país posible.
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Pensar que los maestros son los únicos capaces de enseñar y lograr la paz en la patria es posible, es cierto, y es la única opción. ¿Pero qué pasa?
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Maestros, tenemos que enseñar a ver la vida de una manera crítica para construir otro mundo, un mundo mejor donde los niños y su futuro sean protagonistas.
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Tenemos que hacer un alto en el medio de las mentiras que nos enseñan en la escuela, para retomar la historia verdadera.
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Frente a una educación obtusa nos podemos hacer los locos, rechazarla, ignorarla, pero también criticarla, estudiarla para no repetirla.
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Maestros: somos los encargados de modelar el espíritu y la mente de hombres responsables y pacíficos. No desfallecer, ni olvidarlo.
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Tenemos una educación con programas discutibles y magisterio con argumentos y mentalidad de pobres. Esto tiene que ser diferente. Hay que educar para creer.
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Un Estado rico como el nuestro no puede seguir con una educación para pobres, vacilante y mediocre. Tenemos que cambiar de mentalidad.
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El atraso y la violencia de los pueblos tiene una explicación: la mala educación. Pero aun podemos salvarnos: ¡entusiasmo por la educación!
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La indiferencia de los políticos por la educación es resultado de una mala educación. Eduquemos espíritus humanos diferentes, pensantes.


jueves, 8 de septiembre de 2011

POR LA EDUCACION


IDEAS PRACTICAS PARA SOLUCIONES CORRECTAS
Trinos de @valenciacalle en el mundo Twitter

Por: Marco Antonio Valencia Calle

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La educación no es un tema imposible, es un tema indispensable.
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Saber leer el mundo, entender el mundo, trabajar para el progreso del mundo, es un asunto de gente educada... ¿entonces?
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La realidad del mundo no está en los libros, pero como sirve saber leer, interpretar, saber hacer juicios y tomar decisiones razonables.
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Que nadie mire su corazón, sino el espíritu de su sociedad. Necesitamos una educación para pensar en colectivo, no en individualismos.
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Toda verdad en educación es compleja y discutible, pero allí radica justamente el quid del asunto. Aprender a pensar, para pensar lo justo.
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Mandatario que no invierte en educación, es como si un padre hubiera dejado de querer a sus hijos. La educación es primero.
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La mala educación va a generar un caos, un conflicto, un entierro de tercera para el futuro bueno y cierto que soñamos.
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La primera conquista de un gobierno, debe ser la de educar su gente. Ello genera desarrollo intelectual y ello desarrollo económico.
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Seguimos masacrando la naturaleza y ofendiendo el medio ambiente. Pero no hacemos nada por educar a la gente para evitarlo.
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Primero invertir en educación. Con gente educada no necesitaremos gastar en guerras, campañas de re-socialización de drogadictos y mafiosos.
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¿Qué define una sociedad justa y desarrollada sino la educación de sus gentes y dirigentes? La educación es primero, luego lo demás...
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Los maestros no necesitan más leyes. Necesitan más recursos y capacitación profesoral para hacer lo que tienen que hacer.
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Los maestros a diferencia de los estudiantes, conocen el futuro. Entonces, ellos saben que falta más esfuerzo por educar en valores.
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Una educación sin incertidumbre, es como una chocolatina sin cacao. O peor aun, sin certezas.
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Para ser rector de un colegio se necesita ser como el Quijote... un hombre interesado en aprender a leer, en enseñar a leer.
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Cada uno desde su perspectiva, desde sus conocimientos, le da un valor social y político a la educación.

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No hay nadie tan necio que no cuestione alguna cosa de la educación que tenemos. Pero faltan ideas prácticas para soluciones correctas.