domingo, 15 de febrero de 2009

De la crisis moral, a la crisis universitaria

por: Marco Antonio Valencia Calle

Como una gran avalancha de tierra y agua, la crisis económica avanza sobre nosotros, quienes hasta no ver el hambre en nuestras mesas, no le comeremos cuento a los gurús de la economía. Algo le aprendimos a Santo Tomás que dijo: “hasta no ver, no creer”. O mejor del catolicismo: todos quietos y frescos… que Dios proveerá. (Y ojalá así sea)
Frente al tema de la crisis económica vamos a ver si nuestro Presidente y sus ministros, con el señor Fiscal a bordo, se toma los canales de televisión para dar las indicaciones pedagógicas con el fin de evitar la catástrofe financiera, así como lo hizo cuando decidió cerrar las “pirámides” o empresas captadoras de dinero “para protegernos”. Acción presidencial que –sospechosamente- nos dejó más pobres justo meses antes de una recesión mundial.
Y hago un paréntesis: anoche tuve una visión: que la platica de las pirámides se había perdido del todo en esa ruleta del azar, y que con la crisis económica mundial en pleno me llegaban la pobreza a visitar, pero que la estocada final me la daba el gobierno cuando declaraba (como en la Argentina de hace años) “El corralito bancario”, es decir que nadie podía sacar sus ahorros de los bancos, y entonces la miseria se venía a vivir a mi casa con toda su familia. Por lo tanto, me tocaba salir con los vecinos a “cazar ratas” para matar el hambre (y aplacar la sed… de justicia).
Pero si la crisis económica viene a paso de tortuga, la crisis moral ya vive en muchos de nuestros hogares. La vemos cuando papás profesionales y todo, son incapaces de educar a sus hijos para evitar esa caterva de niños Emos y suicidas, ese clan de quinceañeros gays, esa multitud de niñitas premenstruales y callejeras, esa tropa de infantes drogadictos por soledad, esas manadas de pandillas juveniles robacarteras y mariguanos que asolan los barrios de las periferias.
La crisis moral ya nos la presentan cada día en los noticieros de televisión, cuando nos hablan de funcionarios con títulos de doctor y elegidos con la confianza del voto popular, que luego a conciencia y sabiduría de universitarios, terminan vendiéndose a intereses no santos, y a favor de sus bolsillos.
La crisis moral ya ronda la casa de todos. Tenemos que vacunarnos contra la estupidez colectiva. ¿Cómo es posible que ya no importe que nos pisoteen la dignidad?, ¿hasta cuándo seguiremos siendo ciudadanos de la Patria Boba?, ¿cuándo es que nuestras universidades asumirán su rol serio y responsable de enseñar una “ética para salvar la patria en tiempos de crisis moral”?, ¿cuándo es que van a dejar de decir en las universidades que “la ética” se aprende en los colegios, y en los colegios que en la escuela, y en la escuela que en la casa… si en la casa no hay nadie, y si hay alguien.., ya son papas podridas?
¿Qué carajos hacemos con estas universidades incapaces de enseñar ética, de fomentar profesionales con liderazgo, de asumir responsabilidades políticas frente a las crisis ciudadanas?

domingo, 8 de febrero de 2009

LOS RÍOS QUE SUENAN

Pocos entendemos eso de la globalización de la crisis financiera más allá de los sueños rotos, las deudas y la falta de plata que nos dejó en la economía familiar el desfalco de las pirámides. Y poco entendemos eso de la globalización. Pero deberíamos estar preocupados e intentar hacer un esfuerzo por entender sobre temas que tarde o temprano nos van a causar problemas locales y nacionales.
La globalización consiste en que ya no hay diversos mundos, sino uno solo porque todos los mundos ya están relacionados entre sí, especialmente el de la economía. Y claro, entre los aspectos negativos de la globalización tenemos que, lo que pasa financieramente en un continente, repercute en otro.
Ahora bien, la crisis financiera que comenzó en México en 1995, siguió en Asia en 1997, llegó a Rusia en 1998, azotó luego a la Argentina y Turquía, y que en el 2009 golpea en las puertas del imperio norteamericano, en poco tiempo puede llegar a entrar en nuestras casas.
Lo que quiere decir que los países ricos que conforman el G-8, por ejemplo, deberían construir nuevas arquitecturas financieras para regular el flujo de capitales con el fin de prevenir las crisis que se avecina en Latinoamérica (y que ya empieza a golpear a varios países en vía de desarrollo). Por ejemplo, renegociar la moratoria de la deuda externa, y renovar las políticas del Fondo Monetario Internacional, serian un par de buenas medidas.
La palabra globalización que tanto emociona a los jóvenes por el asunto del interné, y porque permite viajar sin traumas a cualquier parte del mundo, asusta a los estudiosos que reconocen en el término “globalización” serios peligros para el progreso humano; pues las políticas de los países ricos consiste en lucrarse de la riqueza de los países pobres vendiéndole cuentos chinos que involucran la palabra “desarrollo” como si fuera la gran panacea. Y es peligrosa sencillamente porque se trata de un desarrollo privado, injusto, y monopólico en la medida que concentra el poder en unas cuantas empresas.
La tarea de los intelectuales, de los grupos sociales, de los movimientos de presión (sindicatos, economistas y políticos), es buscar que se den equilibrios comerciales entre los países ricos y pobres; al tiempo que se orienta a los gobernantes en estrategias comunes para denunciar en los escenarios mundiales la desigualdad comercial, y la necesidad de trabajar por un desarrollo sostenible en razón del nuevo panorama que implica el calentamiento global, como un hecho inesperado y preocupante.
La crisis viene, y sería de buen recibo (necesario y agradable), que nuestro gobierno local y nacional se desprendiera de algunos dividendos para hacer publicidad con el objeto de orientar a la gente en asuntos de ahorro, manejo de recursos naturales, cuidado del medio ambiente, y la conservación de aquellas cosas que en apariencia son gratuitas, pero que en realidad son bienes públicos que cuestan dinero, y todos tenemos que cuidar.

domingo, 1 de febrero de 2009

EL extraño caso del Dr. Danilo y los profes de Unicauca


por: Marco Antonio Valencia Calle


Que el Dr. Danilo Vivas quiera volver a ser rector de la Universidad del Cauca por cuarta vez… (¡) no causa asombro, está en su derecho y la ley lo permite. El tipo es humano y pueda que tenga entre sus demonios la ambición (o la debilidad del sacrificio para el bien de todos). Y estoy seguro que podrá volver a ganar las elecciones internas, pues conoce bien las trapisondas para sostenerse en el poder, ha demostrado tener caparazón del armadillo para aguantar y salir airoso a pesar del sol a sus espaldas, anda políticamente bien amangualado, es obediente a los intereses de los politiqueros, tiene sus brujos de turno que le limpian los caminos, es un líder carismático, polifacético, pragmático, prometedor, trabajador… (como se tiene que ser).
Pero lo que me indigna, lo que me causa estupor, vergüenza ajena y verdadera lástima… es que entre todos los 883 profesores de la Universidad del Cauca no haya un líder (¡uno solo!) con aspiraciones de rector, y que de manera sería se presente como candidato contendor del Dr. Danilo. Que desilusión esa falta de aspiraciones de los profesores dizque de la universidad más prestigiosa del sur occidente colombiano, que desdicha esa falta de líderes, que tristeza esa ausencia de personajes de talla… y entonces, se habla de reciclar ex rectores, o poner candidatos payasos como por no dejar, y hasta se agita la bandera mesiánica de: “si no es Danilo, ¿entonces quién?”
¡Uf!, ¿Qué puede uno esperar de una universidad con 182 años de historia incapaz de formar siquiera un líder en los últimos 20 años para dirigirse a sí misma? Peor aún, ¿qué puede esperarse de los profesores de una U, que además de conocimiento deberían formar prohombres para dirigir las empresas del país dando ejemplo? ¡No, no no no!


Y lo peor, es que en el ambiente universitario muchos rumoran y hablan en voz baja de todas las posibles obscenidades politiqueras que representa una nueva reelección del Dr. Danilo Vivas. Pero claro, es que son opositores de corrillo o pasquineros que cumplen la inane labor de criticar por criticar, sin dar cara. Vacas sagradas de la burocracia que se le esconden al compromiso de denunciar, viven del “nomeimportismo” y les falta madera para liderar cambios.


Este silencio, esta falta de candidatos serios y capaces da miedo. Y pueda que el libro de gestión que reparte por estos días el Dr. Danilo tenga bonitas fotos, y haya que felicitarlo porque demuestra en el papel que durante su administración se trabajó con seriedad y de manera responsable, pero hay que decir que se rajó en el tema crucial de la formación de líderes, y solo por eso, solamente por eso, Mr. Danilo… no debería usted repetir.