jueves, 28 de abril de 2011

LAS PROCESIONES

Esta noche inician las procesiones en Popayán. La procesión de Nuestra Señora La Virgen de los Dolores sale hoy de la iglesia de San Agustín, y los catorce Pasos que la acompañan estarán con flores blancas para simbolizar la pureza de Jesucristo.
Jesucristo es el hijo de Dios. El man que dio la vida para el perdón de todos los pecados del hombre. El man que crucificaron los judíos. El man que predicó enseñanzas tan fuertes, que gracias a ellas se han creado religiones sólidas alrededor de todo el mundo. El man que le ha dado esperanza a esta humanidad llena de envidiosos, pecadores, egoístas, infelices y desadaptados. El man al que le rezan todos, incluyendo policías, soldados, guerrilleros, traquetos, sicarios y paramilitares por igual. El man al que se encomiendan y le oran las mujeres más buenas y santas de la tierra, así como las viejas más perversas y morrongas del planeta.
Esta noche los cargueros más pecadores sentirán el peso del mundo sobre sus hombres, y aquellos que pueden mirar de frente por estar libre de pecado, sentirán que llevan una pluma en vez de barrote. Pero al final, todos ellos levitarán redimidos, limpios, llenos de fe y con la emoción del deber cumplido. Gracias a los cargueros de Popayán, Jesucristo cada año puede volver a cargar sus cruz, y los católicos del mundo pueden sentirse libre de pecado para morir tranquilos y volver al paraíso, a un cielo donde no hay esposas, ni vejez, ni muerte, tres de las tragedias más lamentables de esta vida (dicen algunos)

Esa noche la “mujeres de Jesucristo” caminaran por las calles de Popayán, bajo la luna llena y acompañadas de miles de alumbrantes venidos desde todos los rincones del país, alumbrantes que, como dos serpientes de fuego se deslizarán al compás de las bandas de guerra de la Policía, la Academia Militar y el Ejército, así como de una coral y una orquesta de música sacra (con música de y para ángeles que solo disfrutaran los privilegiados que salen alumbrar, o a ver desde un anden o un balcón, el transitar de una de las procesiones más antiguas del continente y más hermosas del mundo).

Hoy martes, la Dolorosa, una de las imágenes de la Virgen más veneradas en Popayán, estará acompañada en su salida de Iglesia de La Magdalena y La Verónica, y de un grupo importante de Sahumadoras, que pebetero en mano y vestidas de Ñapangas, quemaran esencias aromáticas. Quema que irá dejando un rastro imborrable en la memoria olfativa de los asistentes a una tradición viva que inició en el año de 1556.

Este olor de esencias aromáticas que las ñapangas payanesas van dejando a su paso, junto a la música sacra, al silencio, al crujir de los pasos, al sonar de la matraca y las campanillas de los sacristanes hacen de nuestras procesiones un evento único y solemne, que pone la carne de gallina cada noche que tenemos la oportunidad y el privilegio de estar presentes; porque la gente culta toda, en masa, y a una, salimos, igual que cientos de turistas, a alumbrar en las procesiones (o mínimo a verlas en vivo)
Es falso que las procesiones sean iguales cada año. Que con verlas una vez ya se han visto todas. Esa es una mentira que ofende. Con el correr de los años nuestra sensibilidad y entendimiento de esta noble tradición va creciendo, afinándose. Cada año, como ciudadanos que alumbramos o vemos pasar la procesión, vamos descubriendo nuevos elementos, olores y perspectivas que nos llena de experiencias nuevas inexplicables, significativas. Mejor dicho, cada año que alumbramos, vamos entendiendo mejor la religión, acrecentando nuestra fe y resignificando nuestras creencias. ¡En semana Santo, todos a alumbrar!

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