miércoles, 20 de abril de 2011

96. ¡FELICITACIONES, SEMANASANTEROS!

Las procesiones de Semana Santa ofrecen a los habitantes de esta ciudad un tema común para identificarnos como colectividad frente a los ciudadanos del mundo. Reflexionar sobre alguno de sus tópicos es un principio de identidad, interés y sentido de pertenencia. Entonces me pregunto ¿cómo lograr que las Procesiones sea un tema de “vocación y participación” para todos? Y la respuesta me llega de manera simple: educación enfocada y dirigida.

En esa medida es vital que la “Cátedra Popayán” siga trabajándose en las instituciones educativas públicas y privadas, liderada desde el Estado y como lo vienen haciendo, pero con más recursos y amplitud de perspectiva, en pro de formar ciudadanos sintonizados con la tradición y el espíritu del ser popayanejo y semanasantero. La Cátedra es un excelente aliado para fortalecer “la Cultura Ciudadana” que nuestros gobernantes quieren impulsar, que la ciudad demanda, y que nuestros niños y jóvenes necesitan para pensar y entender, entre muchos otros temas, la historia, incluyendo las procesiones de Semana Santa.
Es importante que desde la casa y desde la “elemental instrucción escolar hasta la universitaria” cada habitante, nacido aquí o no, reconozca, perciba, se involucre y entienda, una tradición noble que nos fundamenta en una herencia común. Estar bien informado sobre los aspectos elementales de la Semana Santa es clave, tanto para el ciudadano que disfruta de las procesiones como espectador, como para el que vive y participa asistiendo con fe a los actos litúrgicos. En ambos casos se contribuye a cimentar la tradición de un patrimonio a los ojos de toda la humanidad y nos hace parte de una historia común.
El sentido de pertenencia lo da el pensarse así mismo, y pensarnos a sí mismos nos da identidad. Por eso, los payaneses por nacimiento o migración, es decir, todos los que hacemos parte del panorama de la ciudad tenemos “el derecho y el deber” de pensar, hablar y entender de manera positiva las procesiones de la Semana Santa. Ello implica estar atentos a participar en los llamados de la iglesia y la Junta pro Semana Santa, sin desdeñar la dinámica de la industria cultural, turística y gastronómica que gira a su alrededor en beneficio de todos.
Las Procesiones tienen que seguir siendo un bien histórico común con la participación de todos y no solo de algunos. En esa medida, es de agradecer profundamente a quienes sensibilizan y educan durante todo el año a las nuevas generaciones; pues no faltan los enemigos gratuitos que atentan contra su imagen y pervivencia, como son las distracciones que ofrece la modernidad, el comercio desordenado, la ignorancia religiosa, la patanería de los extranjeros y el vacío existencial de muchos jóvenes, frente al profundo significado que nos da vivir una experiencia solemne, y de allí la necesidad de educarnos y educar frente al tema, sin auto- exclusiones.
PARA DESTACAR: Felicitación especial a todos a los medios de comunicación. En sus cubrimientos hicieron gala de compromiso y responsabilidad social con la historia y las tradiciones de Popayán. Pero además, se notó esfuerzo “por educar a propios y extraños” sobre lo sagrado y lo humano que tiene el vivir una procesión de Semana Santa en Popayán. ¡Se fajaron!

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