lunes, 27 de octubre de 2008

¿Fajardo presidente?

MARCO ANTONIO VALENCIA CALLE
Valenciacalle@yahoo.com

La gente en las calles lo dice muy claramente: Si no es Uribe, tiene que ser Fajardo. Y por eso, es importante que siga su travesía por el país como lo viene haciendo dando a conocer sus propuestas políticas, pero dejando de lado las esperanzas (…) porque las esperanzas son alimento para las decepciones y almohadones para los analfabetos. Los colombianos ya no necesitamos un candidato con banderitas pintadas de esperanzas, necesitamos un hombre ético con propuestas políticas capaces de llevarnos a otro nivel de país.

El tono de su voz, el cuento que maneja, las palabras que le van comprando los votos necesarios para llegar a la presidencia de la república, tienen que estar libres de demagogia y ser capaces de venderle a todos los ciudadanos algo que parece que no necesitamos (pero vital para el país que usted sueña y muchos queremos): Educación. Sí, una educación diferente, para tener un país diferente.

Por eso, sus aliados naturales en este proceso tienen que ser los docentes, los maestros de escuela y los profesores universitarios todos, sin excepción. Ellos tienen que ser su fuerza nacional, conformar sus equipos de trabajo, convertirse en la columna vertebral para tener un país al tamaño de nuestros sueños, pero al alcance de la realidad y las necesidades morales y éticas que necesitamos.

Porque si bien para que vuelva a nacer un bosque destruido por los incendios forestales se necesitan mil años, para lograr que muchos colombianos tengamos sentido de pertenencia y trabajemos para mejorar la sociedad que nos merecemos – se necesitan, igualmente, algunos años; pero zanjar la brecha de la ignorancia y la violencia, a la paz y la prosperidad, puede durar menos años con la fuerza y capacidad descomunal que tienen los maestros sobre la mentalidad de sus educandos.

¿Se imagina usted a los maestros y los jóvenes, como una gran fuerza viva trabajando para transformar las costumbres viciadas de este país, y dispuestos a descomponer y volver a armar las cartas de navegación que se necesitan para la reconstrucción de una nación que poco a poco esta respirando otros aires? ¡Uf! Por eso, Fajardo, la prioridad de sus propuestas entonces, deberían ser, como dice Jules Henry, primero la educación, segundo la educación, y tercero la educación.

Fajardo, quiero que me entiendas. No se trata de fomentar una revolución (Esa palabra da miedo, esta gastada y en este país no tiene sentido ni significado). No se trata de fomentar propuestas con experimentos sociales (algo que daría más miedo que la revolución y ya no somos tan tercermundistas). Se trata de hilar fino, y de convocar iniciativas nacionales para acompañar un liderazgo oportuno y serio.

Fajardo, no nos decepciones… porque el escenario de la democracia con tanto circo y tantas esperanzas frustradas ya no es tan divertido, y para que la gente que pensamos te pongamos un voto se necesitan más que palabritas bonitas. Bienvenidas entonces tus propuestas. Te escuchamos atentos.

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