¿TERRORISMO EN POPAYAN?
MARCO ANTONIO VALENCIA CALLE
No se sabe quién tiene la mente más perversa, si lo que son capaces de dejar una bomba en el Centro de de Popayán, o los que comienzan a regar la bola a través de las redes sociales afirmando que se trata de “auto-atentados” y convierten la alarma en nadería y logra el propósito de hacer pensar que aquí no pasa nada.
La manipulación mediática es tan bárbara como las mismas bombas. Hace algunas semanas, cuando explotó un artefacto en el edificio EMTEL, casi de inmediato, de pura alegría, algunas personas comenzaron a decir que era un atentado. Así se corrió el cuento, se bajó la tensión, se creó la duda, y entonces… aquí no pasó nada.
La semana pasada estalló un artefacto en un CAI del barrio Lomas de Granada, y otra vez la gente volvió a especular con un accidente. Ayer lunes 12 de diciembre, desactivaron una camioneta con cilindros bomba cerca del terminal de transporte, y de igual manera, casi de inmediato, la gente comenzó a circular el chisme del un auto-atentado por parte de las autoridades.
Esos chismes o rumores son la consecuencia de lo que el país conoció como “los falsos positivos”. En la medida que en el pasado, algunos miembros adscritos al Ministerio de Defensa para ganar indulgencias frente a sus jefes colocaron bombas y mataron personas. Y eso, claro, sembró desprestigio y sospecha. Pero no debe ser la ley general para medir, evaluar o mirar un problema tan grave como el que hoy padecemos en Popayán.
Señores, aquí está pasando algo grave, y tenemos que creer en las autoridades. No podemos dejar de creer en las Instituciones del Estado, no podemos dudar de su capacidad, tenemos que apoyarlos, rodearlos y confiar en su trabajo.
Todas esas bombas y atentados convierten a Popayán en la ciudad más peligrosa de Colombia y tal vez del mundo. ¡Despierten por favor! Somos víctimas de un terrorismo estúpido como cuando el Cartel de Medellín o los miembros de la ETA colocaban bombas para matar gente y llamar la atención en los supermercados, para matar por matar.
Colocan bombas en Popayán y en siete municipios del Cauca, y nadie dice nada. A los políticos se les acabó las elecciones y se les cerró la boca para denunciar que la ciudadanía está en peligro. Las autoridades civiles inanes como siempre. En otras latitudes del mundo, la gente saldría a marchar, el alcaldía enfrentaría el problema, habría consejo de seguridad permanente, restricciones, toque de queda, aumento del número de policías, alerta máxima, protección extrema, pero no…, aquí no pasa nada y mejor le creemos al chisme barato que desmiente el peligro que a las autoridades.
Oigan, señores, que alguien nos explique qué es lo que está pasando. Cuatro atentados en Popayán en un mes y siete en los municipios cercanos, ya son alarmas graves. Que alguien diga algo, que nos expliquen, que nos protejan. Porque somos víctimas de la peor de las infancias y no podemos seguir siendo borregos. ¿Cuántos muertos faltan para que la alarma sea cierta? No jodan, ¡despierten carajo!
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