domingo, 19 de septiembre de 2010

De nobles y ociosos

por: Marco Antonio Valencia Calle
En Popayán, desde 1602 han privilegiado la educación privada frente a la pública. El problema de la escuela privada, organizada con dineros de padres pudientes y mecenazgo de comerciantes que saben el valor de la educación para el desarrollo de sus hijos, ha sido vivir con el lastre ideológico de querer perpetuar un reconocimiento aristocrático e hispánico a través de sus apellidos y herencias. Salvo las primeras generaciones de egresados del Real Colegio Seminario –con fundamentos jesuitas-, donde se formaron próceres como Caldas, Cabal, Zea, Torres y José Hilario López, entre otros; la participación nacional de los caucanos ha descollado algo en las ciencias sociales, poco en las áreas científicas y muy precario ha sido el aporte para la industria, la empresa y el desarrollo regional.
La educación privada ha formado “ciudadanos” para emigrar o vivir de la burocracia con mentalidad de nobles ociosos que desprecian los oficios y las artes por considerarlas indignas y des-honrosas; ideología paupérrima que hoy es motivo burla.
De otra parte, desde los primeros maestros públicos que se tuvieron en el Cauca desde el siglo XVIII, además de trabajar con sueldos precarios y faltos de recursos, siempre han sido utilizados como instrumentos ideológicos más que pedagógicos. Primero, obligándolos a enseñar religión e infundiendo una mentalidad de aceptación de la pobreza como vocación y querer divino. Luego, cuando los maestros se organizaron en sindicatos, convertidos en parlantes ideológicos para fomentar el rechazo a todos los estamentos del Estado, pero además creando una mentalidad asistencialista y de autocompasión.
Ni la escuela privada ni la pública han tenido en su misión y visión –más allá de las mentiras del papel-, una propuesta educativa (o al menos una discusión seria) para afrontar los desafíos de la modernidad desde la educación, partiendo desde la creación de un sentimiento de región.
Existen varios diagnósticos del Cauca a través del tiempo, que narran nuestra pobreza con cifras; y en los foros se escuchan proyectos elaborados en directorios políticos o ministerios realizados por profesionales de los escritorios del parque Caldas para la viabilidad, la inversión, el remiendo o la implementación de programas que dicen, son la solución a todos nuestros males. Pero ninguno parte de la raíz de educar, formar y estructurar una mentalidad distinta a la de burócratas, o la de trabajar la tierra y las minas como negros, indios y mestizos pobres.
La educación privada debería dejar de enseñarle a sus estudiantes a soñar con irse a vivir al exterior con el cuento de que aquí no hay nada qué hacer; la educación pública más politizada que pedagógica, debería revisar sus aportes reales a la educación para tener un Cauca viable; y el SENA… cuya fama es más publicidad que realidad, con su devaluado sistema pedagógico lancasteriano que reemplazó profesores por monitores y a éstos por computadores, debería evaluar el gran daño que le hace al país repartiendo títulos a diestra y siniestra como si fueran naipes de la suerte.

domingo, 12 de septiembre de 2010

LOS ABOGADOS EN EL BICENTENARIO

Por Marco Antonio Valencia Calle
valenciacalle@yahoo.com

Cuando Pablo Murillo intentó la reconquista, una de sus primeras acciones fue ordenar que fusilaran a cuanto abogado encontraran, en la pretendida intención de acallar las voces ilustradas de la revolución. Mestizos estudiados que alegaban, como buenos “abogados”, ser españoles por herencia para gozar de privilegios, pero que frente a las injusticias alegaban ser americanos. Los abogados que ya andaban pregonando en espacios públicos que al hombre se le debía castigar por sus delitos y no por su clase social o su condición racial, fueron los primeros en caer.

En los casi 200 años de vida republicana de los colombianos, los abogados han sido protagonistas fundamentales tanto en temas de justicia, como en la creación de la nación a través de la práctica del derecho constitucional. Comenzando por Francisco de Paula Santander, muchos de nuestros logros y pesares políticos como país independiente, se deben a los profesionales del derecho quienes sin pedir permiso se echaron a hombros la organización y orientación política de este país.
En el inventario de atrocidades cometidas por los españoles en la reconquista, además de la persecución a militares y sacerdotes, los abogados fueron los profesionales más golpeados y perseguidos por la monstruosidad de “los pacificadores” que allanaban, expulsaban y mataban en pro de exterminar a quienes clamaban por igualdad y respeto.
El abogado payanes Camilo Torres, quien fuera fusilado en 1816, por ejemplo, fue llamado el Verbo de la Revolución, y su texto “El memorial de agravios”, es el documento que nos permite saber por qué la gente emprendió una revuelta que terminó en una revolución. Un texto de 36 páginas que demandaba la necesidad de igualdad de representación y autonomía de los pueblos americanos. Un documento que hoy es modelo de argumentación académica, y aclara las razones que tenían los criollos para solicitar que nos trataran con dignidad y justicia.
“El memorial” del abogado Camilo Torres, es un documento vigente, y parece una carta escrita hoy para nuestros mandatarios locales, regionales y nacionales, porque las demandas allí expresadas son las mismas que hacemos los ciudadanos a diario en el 2010.
Nos dice, por ejemplo, que el agravio más sensible entre los hombres, es sentir y vivir la exclusión; y que “el atraso cultural” de un pueblo obedece al desconocimiento del gobernante a las practicas que se dan en su territorio. Y que las convocatorias a cargos públicos por elección son importantes porque le brindan oportunidad a gente capaz, en contraste a los que llegan a los cabildos por herencia y o compra del cargo; y que la dependencia de un gobernante a la voluntad de políticas externas es la principal causa de atraso de las naciones.
Qué bueno sería entonces, que nuestros gobernantes de hoy trataran de honrar las deudas políticas que desde hace 200 años se claman en pro de la justicia social a través de un abogado con conciencia social como Camilo Torres Tenorio. Qué bueno que todos los abogados entendieran su papel ancestral de líderes sociales. Qué bueno sería que los abogados entendieran que además de luchar por el bienestar común diariamente, tienen la responsabilidad de ser guardianes de una constitución política nacida de las entrañas del derecho puro, para que “libertad e igualdad”, sean vivencias de verdad… como era el sueño de nuestros patricios y los que dieron la vida por esta nación.

Camilo Torres Tenorio
POPAYÁN 1766-BOGOTÁ 1816

Hijo de don Jerónimo Francisco de Torres y Herreros, castellano establecido en el Nuevo Reino desde mediados del siglo XVIII, y de doña María Teresa Tenorio y Carvajal. Torres fue un afamado jurisconsulto. Su dominio de la oratoria y del derecho lo hicieron muy popular. Respaldó a Bolívar en los años de la lucha por la Independencia. En ejercicio del cargo de asesor del Cabildo redactó en 1809 El memorial de agravios, documento que dio coherencia jurídica a la reclamación por parte de las Colonias de una forma de gobierno que eliminara el sistema de explotación española.*

La tía pobre

por/ Marco Antonio Valencia Calle

Viene el presidente Santos y nos dice con franqueza que nos pongamos pilas porque como departamento somos de los más pobres del país y se prenden las alarmas de la estadísticas para confirmar que sí, que somos una región de pobrecitos. Vienen de la China al VIII Festival de Gastronomía y nos dicen que es impresionante el potencial regional que tenemos, que ellos con menos y dos migajas de ingenio salieron de pobres y ahora son potencia mundial. Mejor dicho, que estamos sentados en los laureles de la historia, y estamos viendo pasar los días gloriosos del ayer desde la ventana, como quien ve pasar a una tía pobre y arruinada sin saludarla siquiera.

Una vez fundada Popayán, esta villa se convirtió en hogar predilecto de españoles que convirtieron a la ciudad en la bodega del oro que extraían de las minas cercanas gracias a los negros esclavos y los indios -que en algo ayudaban-, pero no todo el oro lo mandaban a España, sino que mañosamente hicieron sus propias fortunas. Por eso, sin pedirle al rey nada, se dieron a la industria de crear con sus propios recursos conventos, templos, puentes, seminarios, casonas, parques; es decir todo lo que hoy es digno de fotografía y provecho turístico.
Incluso crearon tradiciones como la Semana santa, las procesiones a Belén, los carnavales de negros y blancos, los paseos al río con olla y hasta llenaron las iglesias de pinturas y esculturas artísticas costosas –que deleitan a los turistas. Eso sí, también trajeron buenos libros y profesores para educar a sus hijos. “Estudien si quieren ser alguien en el futuro”, les decían; y a fe que lo fueron. Después de 1810, este grupo de jóvenes fue protagonista grandes logros respondió y varios de ellos hasta la presidencia ocuparon.

Un día se dieron el lujo de traer incluso el tren para sacar productos agrícolas, pero la región no estaba preparada para exportar nada y entonces el tren dejó de venir. Lo peor ocurrió cuando pasamos de ser un departamento de más de 666 mil Km/2, a ser hoy un departamento de 34 mil kilómetros/2 con 42 municipios gobernados por caciques que no tienen ni la más mínima idea de cómo poner a funcionar las máquinas del progreso, y la única empresa que crece es la burocracia.

¿Por qué no progresa el Cauca?, ¿por qué nos rezagamos tanto?, ¿por qué pasamos de región rica a ser los más pobres del continente? La respuesta es sencilla: educación. Los Torres, Caldas, Mosqueras, en fin; los próceres históricos fueron lo que fueron, porque recibieron una educación esmerada y exigente en el Seminario y la Universidad del Cauca. Pero cuando las universidades locales se volvieron negocio con programas flojongos y profesores difusos; y en la calle cuarta con quinta empezaron a regalar títulos para sub-empleados… esto se jodió.
Para salir de la pobreza señores, hay que formar una nueva élite intelectual para el siglo XXI con escuelas, colegios y universidades serias, responsables. Si no, que pena Tía, pero vamos a seguir en las mismas, viéndote pasar en ruinas desde la ventana.

DE LA TÍA RICA Y LOS SOBRINOS POBRES

Marco Antonio Valencia Calle

Me escribe el doctor Carlos Cañar Sarria para decirme que mi opinión sobre el atraso del Cauca, (en mi columna de hace 8 días), está fuera de órbita, y argumenta que la pobreza de nuestro departamento no es un problema de educación, sino de políticos incapaces y de un sector empresarial dormido en los laureles. Y tiene razón el doctor Cañar, pero insisto en mi punto, la culpa de todo, el origen del mal, el germen de políticos y empresarios más soñadores que prácticos, está en la deficiente calidad de la educación que han recibido estos señores, una educación que en los últimos 200 años se ha ido desdibujando paulatinamente.
Me dice el Dr. Cañar en su carta que “los políticos de la región no se preparan para asumir su cargo” y eso mi doctor, ¿no es falta de educación para el liderazgo y la gobernabilidad? – Y añade que: “nuestra clase política se dedica a la politiquería, el clientelismo, la burocracia, el cacicazgo y el tejemaneje electorero”; y tiene razón apreciado doctor, pero me pregunto: ¿y eso no es justamente por falta de educación empresarial, ética, moral, filosófica y política?
Me dice el insigne jurista, profesor de derecho, que los caucanos en general estamos “mal representados nacionalmente porque no hay criterios meritocráticos para acceder a los cargos públicos, y en el Cauca se menosprecia el potencial intelectual de muchos en pro de la burocracia producto de la politiquería”. Y sí, es cierto; ¿Pero sabe porqué es así doctor Cañar?, por falta de educación política y ética en los funcionarios. Por falta de formación e información de la gente.
Doctor Cañar, yo conozco mi departamento. A ver le doy la tarea: El departamento del Cauca tiene 42 municipios y cubre 30 mil kilómetros cuadrados de extensión, tiene cerca de dos millones de habitantes, y es privilegiado por tener cinco ecosistemas estratégicos: Pacífico, Piedemonte, Amazónico, Cuenca del Río Páez, Macizo, Paramo y subpáramo. Es un departamento donde convivimos mestizos, negros e indígenas (etnias páez, guambiana, yanaconas e ingas); y su potencial económico está en la agricultura, la pesca, la minería, los sectores energéticos, hidrográficos, culturales y étnicos; y pese a todas estas bondades vivimos en pobreza extrema con muchos hogares donde las necesidades básicas aun están insatisfechas, situación que nos sitúa en el panorama nacional como un departamento de extrema pobreza.
Para alguno, esta pobreza es tan tradicional, como la falta de presencia del Estado en todos los municipios, la falta de una clase dirigente capaz, la posesión de tierras concentrada en pocas haciendas, los altos niveles de corrupción, el clientelismo y la gorda burocracia. Súmenle a lo anterior, los conflictos generados por la presencia de grupos armados como la guerrilla, los paramilitares, grupos de narcotráfico y la delincuencia común.
Entonces Doctor Cañar, el origen de la pobreza del Cauca que según usted está en la pobreza del espíritu nuestros líderes y políticos, yo se lo atribuyo a la pésima educación que el espíritu de estos líderes recibieron. O mejor, a la falta de un proyecto educativo regional que forme los líderes que necesitamos para los problemas que tenemos. Y las universidades… en silencio, en silencio…